Caso #2: Desalojo
- Juan Martín Azcuy Koira
- 26 oct 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 ene 2023
A principios de agosto de 2021 recibimos en nuestro estudio la consulta de Alejandro, quien había recibido una orden de desalojo donde se le indicaba que debía abandonar la casa donde había vivido toda su vida y que creía haber heredado de su madre.
Al presentarnos en el expediente judicial de desalojo, descubrimos que la casa había cambiado de dueño a raíz de un juicio de prescripción adquisitiva, del que Alejandro nunca se enteró .

La prescripción adquisitiva es el proceso mediante el cual una persona adquiere un bien luego de haber probado ante un juez que vive allí, lo cuida y lo mantiene durante un mínimo de 20 años de forma pacífica e ininterrumpida, es decir, sin que nadie le haya reclamado esa posesión.
Volviendo al caso, nos presentarnos en ese juicio de prescripción adquisitiva, iniciado por la persona que pretendía quedarse con la vivienda de Alejandro, y detectamos que nunca había sido correctamente notificado para defenderse.
En ese contexto le informamos al juez que las notificaciones que les habían enviado a nuestros clientes durante el proceso judicial no habían sido recibidas, sino que las había interceptado un vecino, quien en complicidad con la persona que había iniciado el proceso de prescripción adquisitiva, las recibía y no se las daba a Alejandro.
La particularidad del caso, es que ese vecino vivía en el mismo terreno que Alejandro en una casa ubicada en el fondo, lo que le permitió realizar la maniobra sin que el oficial notificador sospechase.
Al advertir este fraude, le solicitamos al juez a cargo del expediente que se presentara físicamente en el lugar de los hechos y corroborara por sus propios medios que se trataba de dos casas diferentes aunque compartían el mismo número, ya que se encontraban en el mismo lote.
Alertados por esta situación, solicitamos al juez que comunique lo sucedido a su colega que intervenía en el juicio de desalojo para que detuviera ese proceso hasta tanto se resolviera la situación de Alejandro.
Una vez frenado el desalojo, pudimos tomar conocimiento que si bien Alejandro no era dueño del 100% de la casa, como el suponía, era propietario de una parte. Así, iniciamos arduas negociaciones con quienes habían impulsado el juicio para quedarse con la vivienda y logramos que le abonen lo que le correspondía por el inmueble y le den un plazo prudencial para que pueda conseguir otro lugar para vivir y mudarse con tranquilidad.
Esto permitió evitar el desalojo y que nuestro cliente y su familia se retiraran de forma pacífica del inmueble no sin antes haber recibido el dinero justo proporcional a la parte que ellos poseían de la propiedad.
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